Buenos días!
Pese a estar los peques de puente, por aquí seguimos trabajando. Hoy os traemos el testimonio de una mamá que asistió a la primera charla de familias inteligentes. Esperamos que os resulte de utilidad a los que no pudisteis asistir.
El pasado lunes, 24 de octubre, tuve la ocasión, como el resto de mamas y papas del colegio San José Moreno Nieto, de asistir a una maravillosa charla en el salón de actos, protagonizada por el psicólogo y terapeuta familiar Antonio Ortuño.
Autor del libro que da nombre a sus conferencias, Familias inteligentes, nos explicó un sencillo método que poner en práctica con nuestros hijos, con el último propósito de educar personas responsables y cívicas, que sepan afrontar tanto sus retos presentes como los futuros, con amabilidad y determinación.
Me pareció muy práctica la explicación de su semáforo inteligente:
- Rojo: aquellos ámbitos en los que pensamos que nuestro hijo no está capacitado para tomar una decisión, y la tomamos por él. Suele consistir en tener que ponerle límites, en decirle que no. Lo complicado, nos explicaba, es cómo decirlo. Nos animaba a ser amables con sus emociones, pero rígidos en nuestra decisión. Los niños necesitan que seamos coherentes.
- Amarillo: cuando pensamos que nuestros hijos pueden decidir, pero necesitan ayuda. Se trata de negociar con ellos. Ayudarles a decidir lo correcto, porque quieran alcanzar un objetivo, que de otra forma no sería posible. Requiere altas dosis de paciencia. El objetivo último es que aprendan a negociar para sus relaciones sociales futuras: a pedir, pero a saber ceder a cambio.
- Verde: en este caso, necesitamos confiar en ellos. Se trata de dejarles espacio para decidir. Obviamente, según su edad y características personales, en cada niño será sobre unos ámbitos u otros. El fin último es que aprendan a respetar a los demás, de forma que puedan tener relaciones sociales saludables y equilibradas en el futuro.
Antonio nos explicaba que tenemos que ver la relación con nuestros hijos como la estructura de un puente. Necesitamos dos pilares: el pilar del cariño, ya que necesitan nuestro amor, y saber que estamos ahí para lo que necesiten. Y el pilar de la responsabilidad: saber decirles que no, marcarles límites, negociar con ellos cuando es lo que corresponde, buscando siempre ser coherentes.
Nos explicaba que lo saludable en un modelo educacional como el que propone es que haya siempre algo de los 3 colores. La parte difícil es saber equilibrarla, y sobre todo escogerlos en la ocasión adecuada.
Me sorprendió gratamente que nos recordara también que la responsabilidad educacional no es solo nuestra, de las mamas y papas, sino de nuestra red social también. Nos animaba a pedir ayuda y consejo como vía de mejora en la educación de nuestros hijos.
Lo que más me gustó fue su facilidad para darnos ejemplos; explicarnos situaciones cotidianas para indicarnos como poner en práctica el método. Por ejemplo, si nuestro hijo no quiere hacer los deberes, no debemos embarcarnos en una discusión. La mejor manera de resolver el conflicto, probablemente del ámbito amarillo del semáforo, consiste en negociar con él. No se trata de negociar de cualquier forma, sino detectar aquello que quiere hacer, por ejemplo bajar al parque, y hacerle ver que no podrá hacerlo sin terminar los deberes. Con paciencia, el niño tomará la decisión de hacer los deberes por él mismo.
Recomiendo la charla a cualquier mama y papa, y agradezco sinceramente la oportunidad de haber conocido a Antonio. En casa, mi marido y yo, ya hablamos en términos del semáforo inteligente.
Alejandra Cuesta
Muchas gracias Alejandra!
Os deseamos que paséis un feliz día de fiesta.